jueves, 13 de mayo de 2010

Cumpleaños feliz ...

Trece de mayo. Un día muy señalado en mi vida, hace 26 años que fuí madre por primera vez. Eso significa que hoy, mi hijo Antonio ha cumplido años. ¡Felicidades! Te deseo que cumplas muchiiiiiisimos años, que seas muy feliz.
Ha sido siempre un hijo maravilloso. Estoy muy orgullosa de ti. Pues siempre has hecho las cosas muy bien y te mereces lo mejor. Todos estamos orgullosos de ti. Sabes que te queremos mucho.
Muchos besos, hijo mio.

Dedicado a mi hijo. Espero que le guste

domingo, 2 de mayo de 2010

El castro

Salimos de expedición, Estoy esperando a los que hoy nos acompañaran, Rosi y mi hermana. Hemos decidido dirigirnos a la finca " El Castillejo", vamos en busca de un castro prerromano. Veremos lo que encontramos.
Hemos llegado al castro, se conserva bastante bien, está en una colina rodeada por el rio Jartín. Desde el castro hay unas vistas espectaculares.
Volvemos cansados, pero satisfechos.

sábado, 1 de mayo de 2010

A mi madre, una mujer trabajadora

Decir madre, es decir vida.
Gracias madre, por haberme dado la vida.
Mi madre nació un 25 de marzo del 1923. Años difíciles, donde la inestabilidad política ya empezaba a despuntar.
A los trece años siendo una niña, explotó la guerra civil. Me cuenta el terror con el que vivió sus años de adolescencia.
Recuerda haberla sacado su madre muy pronto de la escuela, pues la necesitaba para ayudarle en las labores de la casa, ya que eran 10 hermanos. Uno de los trabajos que tenia que realizar tan jovencita, era ir a lavar al río Alagón, cargada con una banasta llena de ropa. El río quedaba lejos, teniéndose que levantar a las cinco de la mañana. El día era agotador y encima poca comida. El regreso siempre al atardecer, cuando volvía a casa, cuenta que se sentía totalmente agotada.
Madre, ya desde niña fuiste una mujer trabajadora.
Cuando te casaste el trabajo fue de más responsabilidad e incluso tenias que trabajar en el campo con mi padre, explotados por el terrateniente, pues los terrenos que os ofrecían eran los peores y encima las tierras eran a medias.
En la época de la siembra tenias que irte a vivir al campo. Esto suponía alojarte en un chozo y dormir en un jergón en el suelo. Qué triste se sentía, me cuenta.
Luego la siega. ¡Qué calor! Tras los segadores recogiendo las espigas. Con las mismas condiciones. Terminabas el día partida de cansancio. Y así un día y otro.
Me comenta que en puro invierno, llegaba la recogida de las aceitunas. Otro trabajo durísimo. Junto a mi padre, tenían que desplazarse todos los días a Piedras Albas. El traslado se realizaba en caballo. Esto significaba levantarse al alba. Consistía en coger las aceitunas a mano y de rodillas. Con un frío que no sentía las manos. Eran días de lluvias y heladas. En el regreso le dolían hasta los huesos.
Mi madre ha sido una mujer trabajadora.
Yo te recuerdo, madre, siempre trabajando, pues el trabajo del hogar era un no parar desde que te levantabas, por la mañana temprano encendiendo el fuego para todo el día. Las mañanas acarreando agua de la fuente y cuando tocaba, ir a lavar al “Correó” con el baño en la cabeza. Las noches las dedicabas a coser. Cuantas puntadas remendando los pantalones y zurciendo los calcetines. En algunas ocasiones tú nos hacías los vestidos. No parabas. ¡Lo hacías todo con tanta ilusión! ¡La vida se te ha pasado trabajando!
Ahora, con tus 87 años estás dispuesta a echarnos una mano siempre. Eres maravillosa. ¡Estoy tan orgullosa de ti!
Siempre diré:
¡Mi madre ha sido una mujer trabajadora!